El incidente ocurrido en el GP de Hungría ha causado revuelo en el mundo de la Fórmula 1, cuando Lando Norris, al celebrar su segundo lugar en el podio, accidentalmente golpeó con su botella de champán el preciado trofeo de porcelana hecho a mano por la casa Herend, valuado en 30.000 euros y con un trabajo artesanal de seis meses. Aunque en un principio Norris hizo bromas al respecto, en la previa del GP de Bélgica se disculpó sinceramente, reconociendo el valor cultural del trofeo y lamentando la situación. Sin embargo, dejó claro que no cambiará su forma de celebrar, aunque prometió ser más cuidadoso en el futuro. Por su parte, Max Verstappen, el ganador del trofeo dañado, mostró poco preocupación al respecto, ya que, según la política contractual de Red Bull, las copas ganadas pertenecen al equipo y no a los pilotos.
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