Jannik Sinner, el joven talento italiano que ha alcanzado la cúspide del tenis mundial al consagrarse campeón del Australian Open 2024, emerge como un ejemplo de madurez y serenidad en un deporte lleno de presiones y expectativas. Primero agradeció el respaldo de sus padres:
«Me marché de casa cuando tenía 14 años. Eso me hizo crecer rápidamente porque tenía que cocinarme y lavar la ropa. Fue duro para mí y para mis padres también. Pero ellos siempre me dieron libertad y nunca me presionaron. Por eso estoy donde estoy ahora. Soy una persona muy relajada a la que le gusta jugar al tenis. Tengo 22 años y también disfruto de hacer cosas normales. Eso es todo. Ellos son los padres ejemplares»
Su disposición para abrazar la presión como un privilegio:
«La presión es algo bueno. Hay que tomarla así. Es un privilegio porque no hay muchos jugadores que vivan eso. En cambio, cuando tenés la presión sobre vos, significa que los demás piensan que puedes lograrlo. Así que sí, me gusta bailar en esa tormenta. No sé cómo decirlo. De alguna forma, en esas situaciones, saco mi mejor tenis. Y también estoy relajado porque siempre trato de disfrutar mi tiempo dentro de la cancha. En fin, la presión es un privilegio».
Sobre su equipo y lo que espera en futuras competencias:
«Me siento extremadamente feliz en la situación en la que estoy. Tengo un gran equipo que me conoce y sabe qué tengo que hacer. Darren (Cahill) tiene mucha experiencia. Ha estado en esta situación muchas veces. Con Simone (Vagnozzi) hablamos después de la final sobre las cosas que podemos mejorar. Todo eso es parte del proceso. Obviamente tener el trofeo se siente maravilloso y estoy agradecido. Pero sé que tengo mucho más trabajo por delante porque mis rivales encontrarán la forma de ganarme y tengo que estar preparado. Veremos qué sucede en el futuro».