Cristiano Ronaldo ha dicho prácticamente adiós a la selección de Portugal. Parece que solo un milagro podría hacer que el luso continuara como capitán e internacional después del rendimiento mostrado en la Eurocopa 2024 de Alemania, en la que ha dejado claro el motivo de su partida de Europa, y es que el tiempo le gana a todo el mundo.
Escuchar que CR7 ha acabado un torneo de esta magnitud sin haber marcado un solo tanto debería ser el síntoma más claro. No le había pasado todavía en ningún Mundial ni Eurocopa, es más, se quedó sin el récord que perseguía de anotar en seis consecutivas, algo que nunca ha hecho nadie. Pero su pobre rendimiento fue más allá que el no anotar, se vio a un Cristiano sin chispa, sin recursos y con un Roberto Martínez con exagerada fe en el capitán. Falta de minutos no ha tenido, fue titular en todos los duelos y el único en el que no aguantó hasta el final fue ante Georgia, con la clasificación ya en el bolsillo y en un once repleto de suplentes a excepción suya y de Palhinha.
Se podía comprender seguir esta pauta con el Cristiano Ronaldo de antaño, pero no con este. Ha terminado como el jugador con más remates de la Eurocopa hasta cuartos de final, pero también por su desespero, ya que embocó cuando pudo buscando el récord. Ni siquiera de penalti logró anotar el del Al-Nassr en el tiempo reglamentario, aunque si tuvo el valor de hacerlo en las dos tantas de penaltis, que para su pena no cuentan para su registro. Un total de 30 intentos entre faltas y remates dentro y fuera del área que antaño hubieran sido demoledores, pero no ahora.
No obstante, lo que seguramente más refleja que Cristiano Ronaldo ya no es una amenaza para las grandes defensas de Europa es que, a pesar de haber jugado tantos minutos, no ha recibido siquiera una falta por partido (0,6). Un futbolista que hace tiempo solo podía ser parado de esta forma. Y lo mismo con los duelos, solo ha sido capaz de ganar un 39%, como en el regate, con un porcentaje de acierto del 43% en menos de un intento por partido.
Contra Francia fue la evidencia definitiva. CR7 encaró a la mejor defensa de esta Eurocopa y pareció un muñeco en manos de Upamecano y Saliba, que fueron exageradamente superior a la leyenda portuguesa. Acabó con solo un disparo y a las nubes en la prórroga, solo tocó el balón 40 veces en 120 minutos, una participación exageradamente baja, y ganó 4 de los 11 duelos en los que intervino. Solo Kolo Muani, de Francia, fue el jugador titular que tocó menos pelota en la eliminatoria.
El balón está sobre su tejado, aunque parece difícil que vaya a renunciar a Portugal por su afán competitivo. Parece que Cristiano Ronaldo se ha ganado el derecho de hacerlo cuando desee, pues es el máximo goleador histórico no solo de su país, sino comparado con cualquier selección. Lo que sí que igual se debería ir a acostumbrando a tener otro rol. Aunque esa decisión también depende de Roberto Martínez, que de momento sigue mostrando fe ciega en él.