Brasil y Croacia están demostrando que los cuartos de final seguramente vayan a ser más competidos que los octavos. Con muy pocas oportunidades, la más clara fue abortada por Dominik Livakovic, con una gran parada.
Curiosamente, el paradón del meta croata no fue a un futbolista de Brasil, sino de un compañero. En este caso de Gvardiol, uno de los nombres de este Mundial. El central desvió lo justo un centro raso de Raphinha con la mala fortuna de que la pelota fue a parar a la portería. Livakovic, con una respuesta tremenda, sacó un pie rapidísimo para evitar el tanto.
No fue la única para de mérito del portero de Croacia, que fue uno de los mejores. Pocos minutos después, le sacó un mano a mano a Neymar, algo que ya había hecho con Vinicius.