Liga de Quito ganaba cómodamente su partido ante Orense, la diferencia era solo por 1-0, pero merecía ser más amplia. A pesar de eso, al minuto 39 hinchas de Liga de Quito detonaron un explosivo en la bandeja baja de la zona del sur del estadio Rodrigo Paz Delgado.
Eso hizo que el árbitro central, Bryan Loayza, detuviera el partido por unos minutos y advirtió a la hinchada que si volvía a suceder se suspendería el encuentro. Tan solo tres minutos después se volvió a escuchar un estruendo y Loayza otra vez detuvo el compromiso para hablar con el comisario de juego.
Se acercaron a él los directores técnicos de cada equipo a conversar. Santiago Escobar le dijo a Pablo Sánchez que así no se podía jugar. Al mismo tiempo, los jugadores de Liga se acercaron a la zona donde sucedían las explosiones para pedirles que se calmen. Pero algunos de ellos insultaban a los futbolistas. Ezequiel Piovi le dijo a uno: «Pero si vamos ganando».
Tras unos minutos, el referí reinicio el cotejo, pero con la advertencia que si sucedía una vez más se suspendía directamente el duelo. La Policía Nacional tuvo que intervenir y se llevó detenido al supuesto autor de las detonaciones.