Holger Rune, el convidado de piedra del Six Kings Slam, no fue rival para un verdadero rey como Carlos Alcaraz en los cuartos de final de la millonaria exhibición que se celebra desde ayer en Riad. El español, ganador de cuatro majors, se merendó al danés (6-4 y 6-2), ex número 4 del mundo en horas bajas por su mala cabeza, y este jueves (sobre las 20:30, Movistar + y DAZN) se enfrentará en las semifinales a Rafa Nadal. Será el último duelo entre lo dos ídolos del tenis de la Armada, el del pasado y el presente, contra el del presente y el futuro.
Porque el balear colgará la raqueta el próximo mes de noviembre en Málaga, en la Final a 8 de la Copa Davis con España. Allí podría, por qué no, hacer pareja de dobles con Alcaraz, como en los Juegos Olímpicos de París. Pero este será su última cita como rivales, también de exhibición, como la de Las Vegas en marzo, cuando ganó el murciano en el supertiebreak.
Alcaraz fue el plato fuerte de la jornada en The Venue, una instalación construida en tiempo récord para la ocasión, que el día antes del evento parecía un desastre, rodeada de polvo, grúas y máquinas por todas partes, pero que en la hora H presentó un aspecto bastante digno. Increíble. Cosas que pasan en países como Arabia Saudí, donde si es necesario y para mayor gloria del reino, se trabaja de sol a sol a cambio de vaya a usted a saber qué sueldo. Ahí, sobre una pista dura bastante rápida, hecha también a la carrera por la empresa española GreenSet, Alcaraz demostró por qué es, junto con Jannik Sinner, el mejor tenista del momento. Rune se llevó 1,35 millones de euros por jugar 72 minutos, no está mal.
En uno de los fondos, chocaba ver los palcos VIP semivacíos, delante de unas grandes cristaleras un tanto absurdas. Eso sí, la producción del evento, uno de los principales de la Riyadh Season, el macrofestival de siete meses (de octubre a abril) que pretende unir culturas por medio de espectáculos internacionales y diversas atracciones y fiestas, pinta impecable. La presentación, con videomaping, fue espectacular. Las condiciones para el trabajo de la prensa, no tanto. Aún tiene mucho que aprender en ese sentido y en alguno más este país si quiere, como parece, albergar un Masters 1.000 en algún momento.
Los dos, al máximo
Volviendo al torneo, Alcaraz no quería perderse la oportunidad de vérselas de nuevo con su referente, un Nadal que llega con unas expectativas que “no son muy altas”. “Voy a tratar de dar mi máximo. Sé que el reto es enorme, porque me voy a enfrentar a tenistas que están siendo muy competitivos contra los mejores del mundo. Pero a nivel personal estoy ansioso de estar en la pista y jugar contra estos chicos. Creo que el espectáculo va a ser enorme”, dice el manacorí.