El ruido de fondo, terrible casi siempre en el enorme estadio Arthur Ashe, hace que el sonido del impacto de la raqueta sobre la bola se difumine y sea prácticamente imperceptible. Tres espectadores se levantan y no tienen prisa por sentarse delante de la zona de prensa, con el partido ya empezado. Así es el US Open y en ese ambiente inició su cuarta participación en el torneo Carlos Alcaraz, campeón en 2022, cuando fue por primera vez número uno del mundo tras capturar su primer título de Grand Slam. Superado un despiste un tanto grosero en el segundo set, el español obtuvo este martes su victoria número 60 en majors y cumplió con el principio que en su caso dicta que no pierde nunca en las rondas inaugurales de esta categoría de eventos tenísticos (15-0). Ganó por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-1 en 2h42 a Li Tu, australiano de 28 años y 186º del mundo, que se ganó su sitio en el cuadro principal ganando tres partidos en la previa.
Poco ortodoxo, con leves trazas del estilo de su ídolo, Roger Federer, por aquello del revés a una mano y del resto-red que se atrevió a hacer alguna que otra vez, siempre en una posición bastante adelantada para afrontar los segundos saques, Li dio muy mala sensación de inicio, pero después se soltó y a fuerza de atrevimiento y un puntito de locura, jugó de tú a tú (permitan la chanza) con un Alcaraz que pareció aburrirse un pelín en la segunda manga. Por suerte para él, pasado el disgusto de perderla, se entonó de nuevo y aprovechó el bajón físico de su oponente para abrumarlo, sobre todo, en la segunda manga. Por eso, el jueves podrá enfrentarse en segunda ronda al neerlandés Botic van de Zandschulp, que batió con facilidad al canadiense, muy venido a menos, Denis Shapovalov (6-4, 7-5 y 6-4).
Volviendo a lo de las 60 victorias en Slam (está en racha de 15), Alcaraz es el segundo tenista que menos encuentros (70) ha necesitado para alcanzarlas en Era Open (desde 1968), solo por detrás de John McEnroe (69), igualado con Bjorn Borg (70) y por delante de Mats Wilander (71) y Jimmy Connors (72). “Disfruto cada vez que juego aquí en Nueva York, es una de las pistas más eléctricas en las que he jugado. Para mí, es un honor pisarla una vez más e intentar poner un buen tenis para que la gente disfrute. Estoy muy feliz y es un honor volver a jugar aquí”, dijo amablemente Carlos, obviando el descontrol de las gradas. “Me ha sorprendido un poco Tu, en el primer set era obvio que empezó nervioso. Después, creció, comenzó a disfrutar y a jugar un gran tenis. Yo estaba jugando bien, probablemente hice un par de errores que no tocaban. Es un gran jugador, me ha sorprendido y voy a seguirle desde ahora, estoy seguro de que si juega a este nivel, le veremos por aquí muy pronto”, dijo cuando Nick Kyrgios le preguntó por él en la entrevista postpartido.
A fin de cuentas, Alcaraz terminó siendo mejor en todas las estadísticas. Con un 80% de puntos ganados con primeros saques y un 66% con segundos. Bien en la red y al resto, con una producción alta de golpes ganadores (50) y algún error no forzado más de la cuenta (30), como reconoció. Una actuación suficiente, no para tirar cohetes, eso sí, pero efectiva salvando la desconexión del segundo parcial. Tendrá tiempo de mejorar y seguir luciendo brazos con su equipación negra sin mangas que recuerda a las que llevaba Rafa Nadal. “Me encanta jugar así, en torneos específicos quiero jugar con tirantes. Probablemente, para intimidar al oponente, o eso intento. Aquí en Nueva York hace mucho calor y mucha humedad, me ayuda a jugar así para no sudar tanto. Me alegra que os guste”, afirmó. Y tanto que les gusta en la bulliciosa Gran Manzana, la ropa y él.
(Tomado de diario AS)