El piloto mexicano de Red Bull Racing hizo una publicación en su cuenta de Twitter, pero debió modificarla suprimiendo su deseo en la máxima categoría.
Sergio Checo Pérez, piloto mexicano de Red Bull Racing, debió modificar un tweet tras la euforia de haber ganado el Gran Premio de Arabia Saudita de la Fórmula 1. El tapatío festejó su quinto triunfo en la máxima categoría y celebró seguir en carrera por su sueño de ser campeón del mundo. Algo de eso no cayó bien en el seno de la escudería y debió cambiar la publicación.
La diferencia puede ser sutil, tan solo tres palabras; pero no lo fue como mensaje final para el núcleo duro del equipo Red Bull. «Fue más duro de lo que pensé, pero al final estoy feliz de lograr mi quinta victoria en F1. Muy contento por el resultado del equipo. Vamos a seguir empujando muy fuerte, quiero ser campeón», puso Checo tras el triunfo, pero debió borrar el ’quiero ser campeón’. Por lo que la publicación quedó igual pero sin el deseo explícito.
Max Verstappen no quiere competencia interna y lo ha dejado en claro puertas para adentro. Quizás la situación sea compleja porque la escudería, a través de su director deportivo Christian Horner, no se expide claramente respecto de las jerarquías y prioridades; hay algo que no cierra respecto de lo que dicen, hacen y toleran.
Max Verstappen, actual bicampeón del mundo, está llamado a marcar una era en la Fórmula 1. A sus 25 años tiene el contrato más caro y extenso de la actualidad y su futuro es aún más brillante que su presente. Si la escudería lo entiende así, parecería que sí, deberían dejarle en claro a Checo que sus aspiraciones a campeón del mundo son casi nulas y debe ponerse al servicio de su compañero de equipo.
Si insisten con el discurso que en la escudería no hay jerarquías y que pueden pelear libremente por el campeonato del mundo no deberían tolerar las exigencias caprichosas ni berrinches de Verstappen, ni que sus actitudes vayan en detrimento de Checo o el equipo, como lo hizo en 2022; cuando ya tenían asegurados el campeonato de pilotos y constructores y, aún así, se negó en colaborar a lograr el 1-2 histórico para Red Bull.