Novak Djokovic, número 2 de la ATP, fue una máquina en la Philippe Chatrier y superó a Rafael Nadal (161°) por 6-1 y 6-4 en el duelo correspondiente a la segunda ronda de los Juegos Olímpicos de París 2024.
El partido consistió en el número 60 entre ambos tenistas de los cuáles 31 quedaron en manos de serbio y 29 fueron para el español. Además, se trató de su segundo enfrentamiento en un torneo de esta índole: en Beijing (2008) el manacorí se había impuesto en las semifinales.
Luego de un inicio arrollador del balcánico, rápidamente se puso 6-1 y 4-0, todo comenzó a equilibrarse: con un doble quiebre consecutivo, Rafa logró igualar las acciones en cuatro para levantar a todo el público presente en la cancha principal.
Sin embargo, instantáneamente se recuperó y quebró al game siguiente. Posteriormente, mantuvo su servicio para sellar una victoria que se terminó complicando más de lo que aparentaba en un comienzo.
Nole buscará en esta edición conseguir la medalla dorada, una de las pocas cosas que aún no ostenta en su amplio palmarés. Por el momento, solo tiene una de bronce conseguida en el 2008 en Beijing.
Por otra parte sabemos que ellos tienen una de las máximas rivalidades de la historia, el serbio Novak Djokovic (2°) y el español Rafael Nadal (161°), que este lunes se enfrentaron en los Juegos Olímpicos de París 2024 por 60ª oportunidad, jamás han congeniado de la mejor manera fuera de una cancha, probablemente a raíz de la ferviente competitividad edificada a lo largo de los años.
«No hay hermandad alguna, somos rivales y compañeros. Siempre ha sido difícil acercarnos el uno al otro, porque a este nivel puedes dar mucha información que luego se puede volver en tu contra en la pista», reveló el legandario balcánico, de 37 años y medallista bronceado en Beijing 2008, el cual sumó su 15° triunfo en la emblemática cita, en declaraciones al medio Sportklub.
No obstante, el dueño de 98 títulos, quien superó por 31ª ocasión al zurdo manacorí, novena sobre polvo de ladrillo, destacó que anhela con una conexión más cercana: «Llevamos mucho tiempo compartiendo una parte de nuestras vidas, la verdad es que me gustaría que nuestra relación mejore en el futuro. Ambos somos muy familiares y nuestra vida cambiará, quizás podamos compartir más cosas».
«Seguimos adelante, veremos si habrá más partidos en grandes torneos. Ninguna rivalidad en el tenis tiene 60 partidos. Duelos épicos, las finales de Grand Slam más largas de la historia. No sé cómo se siente, pero le deseo todo lo mejor», cerró el último finalista de Wimbledon, que enfrentará en octavos de final al alemán Dominik Koepfer (70°), verdugo del italiano Matteo Arnaldi (45°).
(Tomado de ESPN)