El Chelsea se ha convertido en la casa de los líos del fútbol europeo. Pese a ser el que más invirtió en fichajes tanto en verano como en enero, el conjunto que dirige Graham Potter sigue sumido en una gravísima crisis de resultados. Con su inesperado revés (0-1) frente al colista Southampton, que venía de tres derrotas consecutivas que le costaron el puesto a Nathan Jones, los ‘blues’ solo han ganado uno de sus últimos diez partidos, dos desde el regreso a la competición tras el parón por el Mundial.
Un golazo de Ward-Prowse, seguramente el mejor lanzador de faltas del momento, al filo del descanso fue suficiente para que los ‘saints’ sumaran su quinto triunfo del curso ante un Chelsea que, eso sí, mereció más. Sobre todo en el segundo tiempo, ya que en el primero fueron los del español Rubén Sellés, técnico interino en sustitución de Jones, los que llevaron la iniciativa, llegando a rozar el 70% de posesión.
Ni dos minutos tardó Sulemana en plantarse mano a mano con Kepa, que salió ganador ante el ghanés. Koulibaly sacó bajo palos el remate posterior de Stuart Armstrong e instantes después Onuachu cabeceó fuera por poco un centro medido de Ward-Prowse. Aunque tímidamente, el Chelsea empezó a enseñar los dientes por medio de Madueke y Datro Fofana, dos de sus fichajes invernales, pero fue Ward-Prowse quién, en el 46’, se llevó al gato al agua con un tiro libre magistral ante el que nada pudo hacer Kepa.
Tras el paso por vestuarios, Potter dio entrada a Wesley Fofana y Sterling, que tuvo las más claras de un segundo acto de claro dominio local. Primero Maitland-Niles, con Bazunu ya batido, y después Perraud, bajo palos, salvaron desde el suelo sendas ocasiones del ex del Liverpool, que no se lo creía. También pudo ampliar su renta el Southampton por medio de Adam Armstong, que se topó con Kepa en la acción que precedió el susto de la tarde, protagonizado por César Azplicueta. El navarro recibió una escalofriante patada en la cara de Sekou Mara en un intento fallido de chilena por parte del francés y tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla y con oxígeno.
El partido se fue hasta el 102’ por las atenciones al internacional español, pero ni así logró ver puerta un Chelsea impotente, incapaz de marcar en cuatro de sus últimos cinco encuentros.