La familia Glazer se ha ganado el rencor y el rechazo de la totalidad de los aficionados del United, cansados de ver como han utilizado al club como un juguete roto. En Navidad dijeron que estaban explorando alternativas estratégicas para hacerlo crecer, aunque hasta la fecha no se sabe si buscan una venta definitiva o un inversor para mejorar las finanzas de Old Trafford. Frente a los rumores, ya hay quien se ha interesado en la operación.
Por ahora solo ha habido una oferta pública por parte de Jim Ratcliffe, dueño del grupo químico INEOS. El hombre más rico del Reino Unido, sin embargo, tiene un escollo importante. La normativa UEFA impide a un mismo propietario gestionar a dos clubes que puedan coincidir en la misma competición, y Ratcliffe ya adquirió el 100% de las acciones del Niza. En ese sentido, la negociación apunta a ser inviable al margen de otras cuestiones económicas.
Hay otros tres consorcios de fondos privados que también están atentos a esta situación. Uno de ellos de Qatar. Sin embargo, este no tiene una relación directa ni con el emir ni con QSI, poseedora del PSG: “Al Khelaifi no estará implicado en ninguna puja porque no puede, pero prestará asesoramiento si se lo piden”, explican a Mundo Deportivo personas cercanas al presidente del club parisino, que no tiene licencia para comprar el United.
Arabia Saudita también analiza la operación. En su momento, un fondo soberano de este estado de Oriente ya tuvo que demostrar su independencia con el gobierno para poder ejecutar la compra del Newcastle. Si se prueba que el conglomerado empresarial interesado en el United no tiene nexo directo con los propietarios del club de St James’ Park, la negociación puede prosperar. En Estados Unidos también hay otra sociedad atenta a la situación en Old Trafford.
El valor del cuadro de Manchester está en torno a los 4.000 millones de euros, y pese a que la familia Glazer no ha reconocido abiertamente que quiera deshacerse del club, cualquier propuesta económica puede multiplicar enormemente sus beneficios porque lo compraron en 2005 por 300 millones de euros. El emir de Qatar, sin embargo, no está entre los cuatro candidatos que hay ahora mismo ni lo va a estar en un futuro.