Sabe a poco. Sainz fue segundo en el GP de Estados Unidos por detrás de Leclerc. En plena batalla de Verstappen y Norris por el título, Ferrari se marcó un doblete. Pero las sensaciones de Carlos al volante del SF-24 fueron de victoria hasta que se apagaron los semáforos, así que amarga la plata, más gris que nunca. El coche vivo del esprint no apareció hasta las últimas vueltas. El motor amagó con pérdidas de potencia, con una de esas averías lo suficientemente leve como para terminar la carrera y lo suficientemente grave como para apartarte de la lucha por el triunfo. Así que el equipo fue conservador con Sainz, que ejecutó un ‘undercut’ a Verstappen y vio desde la distancia el tercer triunfo de Charles en 2024. El podio lo completó Verstappen, que se defendió como pudo de la ofensiva final de Norris y salvó la tercera plaza con ayuda de los comisarios.
La salida fue grandiosa y todo lo demás plano. Norris defendía la pole y, como de costumbre, perdió la primera plaza a los pocos metros. Verstappen se tiró al interior pasado de agresividad, como siempre, y obligó al McLaren a levantar y trazar por fuera de la pista. Esa pequeña reyerta abrió la puerta a Leclerc, que no había salido especialmente bien (ni había adelantado a Carlos, técnicamente) pero se encontró con el vértice libre. De la cuarta plaza a la primera. Sainz se vio taponado por Max, tercero, y todos pasaron a un blando Lando, valga la redundancia.
Sainz tuvo un par de intentos claros sobre Verstappen hasta que el torpe accidente de Hamilton, a la grava en la tercera vuelta, forzó la salida del coche de seguridad. El siete veces campeón bien podría perder uno de esos títulos con el desastroso fin de semana en Las Américas. Tras la resalida, el español volvió a la carga contra Max, pero entonces falló la mecánica. “No tengo potencia en la salida de las curvas”, clamó por la radio Carlos. Su ingeniero admitió la avería y le dijo que no se podía hacer nada. Matizaron la pérdida con un rodaje menos agresivo. Los ojos de Ferrari estaban en el coche ‘16′, que sin sudar fue a por la cuarta victoria para la escudería italiana este año.
Carlos adelantó su parada cuatro vueltas sobre Verstappen y le pasó por la calle de boxes. El holandés no se cubrió, su carrera era contra Norris. Lando retrasó más que nadie la suya. Cuando todas las posiciones estaban ya establecidas, el inglés alcanzó al Red Bull en distancia de DRS. Durante un buen puñado de vueltas llegó a asomar el coche al final de la recta y en el revirado tercer sector. Tenía más velocidad en su McLaren, pero para adelantar a ‘Mad Max’ hay que estar dispuesto a perder un brazo por el camino. Lanzó Norris un arreón decisivo por fuera en la curva 12 y consolidó el adelantamiento haciendo uso del exterior de la pista. “Me adelanta por fuera”, dijo Max por la radio, porque se las sabe todas. La estratagema funcionó, Lando recibió cinco segundos de penalización por la maniobra y tras la bandera a cuadros perdió el podio. Verstappen sale de Estados Unidos con 57 puntos sobre Norris, su renta no solo no decrece, sino que aumenta. Aún quedan 146 puntos en juego, pero la tendencia positiva de McLaren se ha frenado en seco con las mejoras del Red Bull. En México, la casa de Pérez (7º), los defensores del título llegan llenos de moral.
En otra película, Alonso debió completar la carrera y llevar hasta la 13ª posición el peor Aston Martin de la temporada. El paquete de mejoras mal afinadas dio como resultado un coche que no tenía nada que aportar (Stroll fue 15º). La carrera de Fernando fue hacia atrás, salió séptimo y perdió, una por una, todas las posiciones en la pista. Puntuaron Hulkenberg para Haas y dos casi ‘rookies’, Lawson y Colapinto, que sacan los colores a unos cuantos viejóvenes con menos de 30 años y más de 50 carreras en esta parrilla.