Sin rival, pero no sin detractores: propulsado en 2016 al frente de una FIFA marcada por los escándalos, el ítalo-suizo Gianni Infantino parece tener asegurada este jueves en Kigali la reelección con un nuevo mandato de cuatro años, para el que ya está plagado de proyectos.
Reunidos en la capital de Ruanda por el 73º Congreso del organismo mundial del fútbol, los delegados de las 211 federaciones miembro solo tendrán una opción: renovar por aclamación al presidente, de 52 años, solo en la carrera como en su anterior elección.
El ex hombre de confianza de Michel Platini en la UEFA (2009-2016), elegido inesperadamente presidente de la FIFA tras un dudoso acuerdo de pago que arrasó tanto con el triple Balón de Oro francés como con el exjefe del organismo Sepp Blatter, parece seguro que seguirá en lo más alto del fútbol mundial al menos hasta 2027.
Y si bien los estatutos de la organización de Zúrich ahora prevén tres mandatos de un máximo de cuatro años, Infantino ya ha allanado el camino para quedarse hasta 2031, declarando a mediados de diciembre estar «todavía en su primer mandato», ya que su contrato de 2016-2019 fue incompleto.