Durante la década de los ’80 y ’90, Michael Jordan dominó la NBA y se convirtió en el considerado mejor jugador de básquet de todos los tiempos. Aunque obtuvo seis campeonatos y brilló en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, muchos rivales lo acusaron de recibir un trato preferencial por parte de los árbitros. Si bien el baloncesto de aquella época era más físico, varias opiniones, e incluso confesiones de árbitros, respaldaban la idea de que Jordan recibía un trato especial. En la actualidad, esta situación se plantea con Lionel Messi en la MLS, donde algunos entrenadores consideran que debería recibir un trato similar al de Jordan, incluso si Messi no lo desea. Algunos entrenadores y expertos argumentan que un jugador de la magnitud de Messi, quien rechazó una oferta de 400 millones de euros anuales, merecería que le cobren todas las jugadas a favor. Por otro lado, los árbitros de la MLS niegan cualquier trato especial hacia Messi y aseguran que la liga no ha intervenido en sus decisiones. La relación entre los árbitros y la liga se describe como colaborativa, pero sin que esto afecte la toma de decisiones. En caso de interferencia indebida, se promete señalarla de inmediato.
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