Echar a Neymar no va a ser fácil, pero el PSG estudia fórmulas para llevar a cabo su plan. Entre ellas, la de aceptar una cesión con opción de compra posterior. Ocurre que el internacional brasileño tiene contrato hasta 2027, y ya ha dicho en más de una ocasión que no tiene intención alguna de cambiar de aires. Sin embargo, el episodio sufrido esta semana, increpado por los ultras a las puertas de su casa, puede dar pie a su salida.
De todos modos el PSG no es optimista con que pueda darse ese escenario. O no con facilidad. Neymar lleva dos meses apartado de los terrenos de juego tras pasar por quirófano para solucionar sus problemas en el tobillo y la intermitencia de estos últimos años no invita a nadie a hacer una apuesta en firme por el futbolista, propenso a las lesiones. Su comportamiento, a menudo poco profesional, tampoco ayuda a encontrar una solución.