Retirado de la prácticamente profesional en septiembre de 2022, el extenista suizo Roger Federer sigue siendo noticia cada vez que aparece en un evento público, esta vez en la Universidad de Dartmouth, situada en Nueva Hampshire, Estados Unidos, donde brindó este domingo un cómico y emotivo discurso hacia la Clase de 2024, previo a recibir el título honorario en Doctor en Humanidades por su labor filantrópica.
«Estoy muy emocionado por estar aquí, no tienen una idea. Tengan en cuenta que es la segunda vez en mi vida que piso un campus en una universidad. Pero por alguna razón ustedes me darán un título de grado. Vine a dar un discurso pero me iré a casa como Doctor Roger. Esta tiene que ser mi victoria más inesperada. Gracias por este enorme orgullo, estoy increíblemente agradecido, haré lo posible para no reírme», inició el ex número 1 del mundo, de 42 años.
Por otro lado, el dueño de 103 títulos, 20 en torneos Grand Slam, se refirió a su vestimenta a la hora de subir al escenario, en frente a una audiencia de 11.000 personas: «Estoy un poco lejos de mi zona de confort, no me veo ni visto así usualmente. ¿Ustedes se visten todos los días aquí? Me cuesta moverme, no olviden que usé shorts prácticamente todos los días durante los últimos 35 años».
«No soy una persona acostumbrada a dar discursos de este estilo. Quizás el peor y más importante sucedió con el equipo nacional de Suiza, a mis 17 años, que estaba tan nervioso que solo pude decir cuatro palabras: ‘Feliz de estar acá’. Aquí estoy de nuevo, 25 años después, también nervioso y feliz de estar acá, en el verde. Como habrán escuchando, el césped es mi superficie favorita. Tiene que ser el destino. Incluso llueve como en Wimbledon», manifestó ‘Su Majestad’, que se coronó en ocho oportunidandes en la competencia londinense, totalizando 105 triunfos y 14 derrotas.
Posteriormente, uno de los integrantes del legendario Big 3, completado por el español Rafael Nadal (264°) y el serbio Novak Djokovic (3°), planteó un paralelismo con los recientes graduados: «Nunca fui a la universidad, porque dejé el colegio a los 16 para jugar profesionalmente. Pero recientemente me gradué del tenis, sé lo que significa la palabra. Tal como ustedes, terminé un gran proyecto y me muevo al próximo. Tal como ustedes, aún estoy intentando descifrar cuál es. Sé lo que se siente cuando la gente pregunta, ¿cuál es tu plan al resto de tu vida?».
«Lo fácil es un mito, no existe. La gente solía decir que jugaba sin esforzarme como un cumplido, pero me frustraba al referirse que ni siquiera sudaba. La verdad que tuve trabajar muy duro para que pareciera fácil, pasé años insultando y rompiendo raquetas antes de lograrlo», lanzó sobre una sus «lecciones de tenis».
En consecuencia, el doble medallista olímpico desestimó el pensamiento generalizado acerca de que no necesitaba esmerarse para imponerse en el circuito: «Ganar sin esforzarse es el logro máximo. La gente pensaba que no entrenaba duro porque improvisaba en mis calentamientos, pero lo había hecho antes del torneo sin que nadie me viera. No logré lo que logré solo con talento, sino tratando de superarme. Creí en mí mismo, pero eso te lo tienes que ganar».
«El talento importa, no diré que no. Pero muchas veces no alcanza con tener un don. En tenis, al igual que en la vida, la disciplina, paciencia, confianza en uno mismo y disfrute del proceso también son talentos. Algunos ya nacen con ellos, aunque todos tienen que trabajar en ellos», extendió.
En sintonía, el nacido en Basilea, amo de un exquisito revés a una mano, compartió más experiencias vividas durante su exitosa carrera deportiva: «La mentalidad es lo más importante, porque permite comprometerte en lo próximo. No importante qué juegues en la vida, ya sea un punto, un partido, una temporada o un trabajo, a veces perderán. Es una montaña rusa con muchas subidas y bajadas. Es natural dudar y lamentarte en una derrota, pero tus oponentes también lo hacen. Nunca olviden eso. Energía negativa es energía perdida. Volverte un maestro en superar momentos difíciles es el signo de un campeón para mí».
«La vida es mucho más grande que una cancha de tenis. Cuando empecé sabía que el tenis podría mostrarme el mundo, pero que nunca debería ser el mundo. Aún estando en el Top 5 era importante para mí tener una vida gratificante, llena de viajes, cultura, amistades y especialmente familia. Nunca abandoné mis raíces, nunca olvidé de donde venía», reveló el padre de dos parejas de gemelos, quien estrenó su laureado palmarés en Milán 2001.
«Rápidamente me di cuenta que quería ayudar a otras personas en otros países. Motivado por mi madre sudafricana, abrí una fundación para amparar a chicos a través de la educación, algo que el 75% del África subsahariana no tiene. Es un honor e inspirador ver que se han convertido como enfermeras, profesores y programadores de computación. No puedo creer que ya lleve 20 años», confesó Federer, el cual ya invirtió más de 50 millones de dólares en tareas altruistas.
«Tenis como en la vida es un deporte en equipo. Tu éxito depende de tu equipo, tus entrenadores, tus compañeros y tus rivales. Todas estas influencias ayudan a convertirte en quién eres. Las relaciones con las personas es lo que más importa», cerró ante la atenta escucha de todos los presentes.
(Tomado de ESPN)